Comenzamos nuestro campamento el día jueves 28 de julio de 2022; Todos llegamos muy emocionados a Declic, nos subimos a los diferentes vehículos y partimos hacia Tlaxcala. Al llegar, hicimos un recorrido por todo el lugar; fuimos al lago, las canchas, las albercas y llegamos a nuestro lugar favorito: El Kiosco ¡moríamos de hambre!. Cada quien escogió la comida que más le gusta y disfrutamos mucho de nuestros alimentos.
Posteriormente fuimos a instalarnos en la habitación y a cambiarnos para poder ir a nadar. La alberca nos encantó porque era techada y el agua estaba calientita. Hicimos carreras, platicamos, Rafa y Xavi nos enseñaron los distintos tipos de nado que hay, la verdad es que nos ganaron por mucho en las carreras.
Después de nadar, nos aseamos y cambiamos, estábamos preparados para jugar futbol y basquetbol pero la lluvia nos sorprendió, por suerte, había una mesa de billar y todos jugamos para ganarnos una gorra.
Por último, fuimos al restaurante para cenar, comimos un rico espagueti y picadillo. Nos dirigimos a nuestras habitaciones para platicar un rato y dormir.
El viernes, nos levantamos y fuimos a desayunar. Nuevamente fuimos a nuestro lugar favorito para comer, ordenamos nuestros alimentos y los disfrutamos platicando y haciendo planes para salir juntos cuando estemos en la ciudad.
Ya que desayunamos, nos dirigimos al lugar en donde se encontraban todas las actividades recreativas. Lo primero que hicimos fue arrojarnos en la tirolesa, los gritos no pararon y eso nos unió como grupo ya que Mariana dudaba en aventarse pero Rafa y Emi la animaron a subir y todos lo animamos durante todo su recorrido; ¿adivinen quien fue el más gritón sorprendentemente? Heriberto. Siguió el golfito; el primer hoyo fue el mayor reto pero conforme lo superamos avanzamos más rápido en los demás hoyos . Erick y Aldo lograron hacer la mayoría de ellos, nuevamente, cuando era difícil meter la pelota para alguno de nosotros los demás nos animaban. Luego, continuamos con los cuadriciclos, formamos parejas para subirnos. Albert y Mariana dominaron la pista, a otros nos costaba más trabajo sobre todo las subidas pero logramos hacer el recorrido completo. Algunos se aventaron a dar una segunda vuelta, entre ellos Rafa solito que se nos estaba desviando del camino y Heriberto, Emi y Xavi fueron corriendo a su auxilio para detenerlo, fue una persecución de caricatura. Todos nos reímos juntos pues en la vida es indispensable una buena dosis de humor. Después de tantas actividades teníamos mucho calor así que fuimos a nadar un rato a la alberca al aire libre para refrescarnos.
Cuando terminamos de nadar, fuimos a comer al Kiosko, ya más callados por el cansancio pero aún así pasamos un lindo tiempo en la comida. Al terminar de comer, fuimos a jugar unos partidos de tochito y básquetbol; unos jugamos y otros echamos porras porque ya estábamos muy cansados.
Por la tarde fuimos a nadar nuevamente a la alberca techada. Platicamos, jugamos a pararnos de manos y nadamos mucho tiempo.
La última actividad y una de las más esperadas por todos era la fogata, ésta casi no se realizaba porque llovió muy fuerte, pero el clima fue bondadoso con nosotros y paró de llover para que se pudiera realizar. Mientras nos cambiábamos para ir a la fogata, el fogatéro estaba encendiéndose y justo cuando íbamos en camino comenzó a llover de nuevo. Tuvimos que esperar para ver cómo se resolvería la situación pero afortunadamente paró de llover y sorprendentemente la fogata no se apagó. Tuvimos una linda convivencia comiendo brochetas de salchicha con queso, bombones y con la compañía de un perrito y las estrellas que estuvieron con nosotros. Luego de tantas actividades y muy cansados nos fuimos a dormir.
El sábado temprano, nos levantamos para bañarnos y guardar nuestro equipaje.
Posteriormente fuimos a tener nuestro último desayuno en el restaurante y regresamos a las habitaciones para subir el equipaje a las camionetas.
Fue un campamento lleno de diversión, alegría, comida deliciosa y la unión de un gran equipo de amigos. Lo que más me sorprendió fue cómo todos trabajaron en equipo y se ayudaban con aquellas cosas que no podían hacer.
Los momento más emotivos fueron cuando todos animaban a Mariana cuando se aventó de la tirolesa, cuando Rafa y Mariana hablaron en la fogata cosas que había en su corazón las cuales nos hicieron reflexionar, saber que todos platicaban y eran un solo equipo.
Los aprendizajes que cosechamos en esta experiencia fueron que si tenemos a algún amigo cerca es más fácil enfrentar situaciones que nos dan temor, que aunque las cosas no salgan tal cual se planearon (en el caso de la lluvia) los “planes b” se pueden disfrutar mucho también, que es divertido y enriquecedor pasar tiempo con nuestros amigos.