Uncategorized

Si yo estoy bien, mi hij@ estará mejor

Cuidados del cuidador

El cuidador
¿Quién es?

Se ha definido al cuidador como “aquella persona que asiste o cuida a otra afectada de cualquier tipo de discapacidad, minusvalía o incapacidad que le dificulta o impide el desarrollo normal de sus actividades vitales o de sus relaciones sociales” (Flórez Lozano et al, 1997, en De los Reyes M., 2001).

“Los cuidadores “informales” no disponen de capacitación, no son remunerados por su tarea y tienen un elevado grado de compromiso hacia la tarea, caracterizada por el afecto y una atención sin límites de horarios. El apoyo informal es brindado principalmente por familiares, participando también amigos y vecinos (Flórez Lozano et al, 1997).

Cuáles son sus funciones
Anqué sería imposible describir todas y cada una de las tareas que realizan los cuidadores, particularmente los cuidadores familiares a continuación se describen de manera textual algunas de las tareas más frecuentes de los
cuidadores primarios :
Actividades de la casa (cocinar, lavar, limpiar, planchar, etc.).
Transporte fuera del domicilio (por ejemplo, acompañarle al médico).
Desplazamiento en el interior del domicilio.
Higiene personal (peinarse, bañarse, etc.).
Administración del dinero y los bienes.
Supervisión en la toma de medicamentos.
Colaboración en tareas de enfermería.
Llamar por teléfono o visitar regularmente a la persona que se cuida.
Resolver situaciones conflictivas derivadas del cuidado (por ejemplo,
cuando se comporta de forma agitada).
Favorecen la comunicación con los demás cuando existen dificultades
para expresarse.

Hacer muchas “pequeñas cosas” (por ejemplo, llevarle un vaso de agua, acercar la radio, etc.).

Perfil del cuidador
A continuación se muestran algunos datos respecto de las características de los cuidadores según la guía para personas cuidadoras de autores como De la cuesta (2009, 2004) y Sánchez (2011) confirman:
La mayoría de los cuidadores son mujeres (83 % del total)
De entre las mujeres cuidadoras, un 43 % son hijas, un 22 % son esposas y un 7’5% son nueras de la persona cuidada
La edad media de los cuidadores es de 52 años (20 % superan los 65 años)
En su mayoría están casados (77%)
Una parte muy sustancial de cuidadores comparten el domicilio con la persona cuidada (60%)
En la mayoría de los casos no existe una ocupación laboral remunerada del cuidador (80%)
La mayoría de los cuidadores prestan ayuda diaria a su familiar mayor (85%)
Gran parte de los cuidadores no reciben ayuda de otras personas (60%)
La rotación familiar o sustitución del cuidador principal por otros miembros de la familia es moderadamente baja (20 %).
Percepción de la prestación de ayuda: cuidado permanente.
Una parte de ellos comparte la labor del cuidado con otros roles familiares como cuidar de sus hijos (17%).

El síndrome de Burnout (síndrome de agotamiento)
Es un estado de agotamiento físico, emocional y mental, causado por involucrarse en situaciones emocionalmente demandantes durante un tiempo prolongado.

El ser cuidadora o cuidador representa un evento estresante y cargado de tensión emocional (Manzano, 2008, 2007 y 2002).
Según Manzano (2007) los efectos del burnout en las personas que proveen de algún tipo de cuidado son:
Afecta negativamente la resistencia del o la cuidadora, haciéndolo más susceptible al desgaste.
Favorece la respuesta silenciadora, que es la incapacidad para atender las necesidades o demandas tacitas de quien recibe los cuidados y terminan resultando abrumadoras.

7 consejos para evitar el agotamiento del cuidador

  1. Permitir a la familia dar una mano. Una reunión familiar puede ayudar a organizar los horarios de todas las personas para que el cuidador pueda tomarse descansos con regularidad.
  2. Involucrar a los amigos. ¿Es decir todas esas personas que siempre dicen: “Dime si hay algo que pueda hacer para ayudarte”? Dígales cómo y acepte sus ofrecimientos de ayuda. Confeccione una lista de tareas, como comprar comestibles, lavar la ropa, cuidar del césped, limpiar el hogar o pasar tiempo con sus seres queridos, y colóquela en el refrigerador. Cuando pregunten lo que pueden hacer, señale la lista.
  3. Tomar descansos con frecuencia. Aunque solo sean 15 o 20 minutos al día, asegúrese de hacer algo por usted.
  4. Hacer ejercicio. Así se trate de una caminata de 20 minutos o una clase de yoga, el ejercicio es una excelente manera de reducir el estrés y aumentar la energía.
  5. Comer de manera saludable. Su salud y nutrición son tan importantes como las de su ser querido; tome el tiempo necesario para alimentarse bien.
  6. Sumarse a un grupo de apoyo para cuidadores. Es posible que su servicio de hospicio local, el hospital o el servicio para la tercera edad ofrezcan uno.
  7. Buscar ayuda profesional. Muchos cuidadores se sienten solos, ansiosos, culpables, furiosos, asustados, confundidos o cansados. Si estos sentimientos resultan abrumadores, llame a su médico, hospicio u otro recurso de la comunidad para recibir ayuda.

Referencias
Salvarezza L. (1998): La capacitación en gerontología, Cap. 6 en Salvarezza L. (comp.): La vejez. Una mirada gerontológica actual. Buenos Aires, Ed. Paidós,
1998.
De la Cuesta C. El cuidado familiar: una revisión crítica. Investigación y Educación en Enfermería, vol. XXVII, núm. 1, marzo, 2009, pp. 96-102,
Universidad de Antioquia. Colombia.
De la Cuesta C. Cuidado familiar en condiciones crónicas: una aproximación a la literatura. Texto & Contexto Enfermagem 2004; 13(1):139. Del Rey, M. L. Cuidados informales. Rev. Rol. Enferm. 1995; 202:61-65.

Manzano, G., (2008), “Síndrome de burnout y riesgos psicosociales en personal de enfermería: prevalencia e intervención”, Intervención Psicológica, vol. 91-92, pp. 23-31.